sábado, noviembre 25, 2006

¿Ver, oir?

Buscar el conocimiento nos limpia de la ignoracia, pero a la vez nos baña con más. Pero ganamos la conciencia de aquello que no sabemos, si bien seremos ignorantes, sabremos lo que no somos capaces de responder.



Las interrogantes que tenemos en nuestras vidas ya sean existenciales o mundanas, no tienen una única vía para llegar a la respuesta que anhelamos, la vida se nos muestra constantemente, y nuestras mentes al parecer son capaces de ver las analogías en todas partes, las metáforas con las que la vida nos grita son una eterna melodía a nuestro ojos.



¿Pero cómo escuchar por los ojos y ver por los oídos?, la respuesta es simple, ir más allá, dejarse llevar y escuchar y entender con la razón y el corazón, porque más allá de los ojos estamos nosotros, más allá de los oídos estamos nosotros, más allá de los sentidos está nuestra esencia que día a día recuerda quien es y aprende para volver algún día a ser lo que será.



Al parecer todo tiene una razón, aunque no sea evidente la tiene, si queremos entender razones debemos ser capaces de no razonar para poder ver en toda su magnitud las razones que percibimos, y si queremos obtener conocimiento debemos vaciarnos para poder llenarnos.

domingo, noviembre 19, 2006

Errores

No sólo de los errores aprende el hombre, no sólo de las equivocaciones se extraen enseñanzas. De cada cosa que vivimos aprendemos algo y no hay excusas para no ver lo que constantemente se muestra a nuestros ojos.

No es bueno cantar victoria antes de tiempo, no es bueno cuestionar a la gente por sus acciones, no es bueno asumir las cosas que no sabemos y no es bueno que nosotros mismos creamos que podemos ser mejores que los demás.

No todas las cosas que vemos son como aparentan ser, la mayoría de las veces es necesario un análisis de los actos nuestros y de las demás personas; existen muy pocas acciones que se explican por sí solas, una muestra de preocupación o solidaridad puede estar marcada por el egoísmo sin darnos cuenta.

Nuestras acciones muchas veces no son tan concientes como quisiéramos y si es que estamos todo el tiempo concientes de lo que sucede no podríamos soñar mucho.

Los errores nos sirven para aprender de ellos, pero si no nos equivocamos también podemos aprender si sabemos cómo hacerlo.