Es un acuerdo de confianza, un compromiso sin esfuerzo, en este mundo hostil de egoismos y yoismos; en donde el respeto mutuo y la empatía está asegurado por eso uno duerme y descansa en el amor del otro.
Es la humildad de ofrecerse y dar todo de uno mismo lo que no es un peligro ni un riesgo sino una gracia.
Es hermoso y divino tener la oportunidad de alcanzar este tipo de relación con otro ser. Nuestra aspiración conmúnmente es hacer las cosas por nosotros y para nosotros y luego los demás, se debe buscar el equilibrio entre uno mismo y los demás, así podremos vivir.
Si queremos el bien de los demás primero se debe estar bien uno mismo, pero para estarlo no se debe perjudicar ni olvidar a los demás en ningún momento.
miércoles, agosto 15, 2007
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