Si cada uno tiene una forma distinta de vivir no podemos buscar que las demás personas hagan lo que nosotros queremos que hagan. El libre albedrío es lo más importante en esta vida, cada uno asume las consecuencias de sus actos y además es parte de las consecuencias de los demás.
Algunas personas son destruídas por tener una forma de ser distinta a la que el resto es capaz de aprobar. Las personas son simpáticas y caen bien en la medida en que su forma de ser identifica al resto pero no se acostumbra a valorar a las personas independientemente de su forma de ser o de actuar, esto es bastante lógico pero merece una meditación al respecto.
Si aceptamos que las personas son diferentes invetablemente llegaremos a la divergencia en cualquier ámbito porque entre incluso las agrupaciones que mantienen lazos comunes existe la divergencia, extrapolando estas situaciones se llega a que nacen y mueren corrientes de formas de ser, cada una busca homogenizar a los que la siguen pero ninguna acoge a cada uno tal y como es.
En un planeta lejano dejaron a una raza que no sabía nada, ésta comenzó a interpretar su ambiente y adoptó una forma de ser homogénea hasta que alguien se cuestionó las interpretaciones del ambiente y comenzó a ser distinto. Nuestra forma de ser se condiciona por las cosas en que creemos, las cosas que sabemos y las cosas que queremos.
En el momento de encontrar los acuerdos se pierde la mitad de lo que se pudo haber aprendido.
No hay dos formas de ser en una persona, pero sí puede tener varias formas de ser en una lo que es preocupante ya que no sabemos bien quién es en realidad.
Es importante conocerse a sí mismo para poder conocer a los demás.
sábado, mayo 06, 2006
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