jueves, febrero 14, 2008

Noche

Un momento basta para comenzar a ver la vida de una manera diferente, al nacer la noche nace con ella la alegría de entender cualquier cosa observada, lo imaginado cobra coherencia y nuestros actos son puros.

El regocijo del alma no necesita reflejase en un gesto facial, la alegría interior es un estado de conciencia que nos acompaña inconcientes de ella, nuestro motor en la vigilia es el estado del alma.

Cuando sentimos que debemos detenernos un momento es entonces cuando debemos estar más atentos porque nuestro motor se ha detenido por algún motivo, y el volver a sentir el calor de la vida en nosotros es el resultado de la contemplación de la noche que nace.

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