Nadar en el mar

La vida es cíclica, hay momentos en que nos encontramos sumidos en responder a nuestros compromisos o muchas veces atrasados con nuestras cosas, en esos momentos no tenemos tiempo para hacer lo que queremos porque hasta un tiempo más nos encontraremos avanzando en lo que reclama nuestra atención, es como estar sumergido en el mar y tratamos de salir a flote lo más rapido posible porque sabemos que arriba se encuentra nuestro preciado oxígeno, que no es más que la tranquilidad de sentirnos libres. Ahora, generalmente después de periodos así vienen días de sentirse sin nada que hacer, pero sabiendo en el fondo las obligaciones que se aproximan a mediano plazo pero que somos capaces de cumplir en un corto plazo por lo que no nos preocupamos mayormente.

Este tiempo de holganza es como mirar el futuro desde la cresta de una ola en el mar, nos sentimos a nuestras anchas para disponer de nuestra vida, miramos a nuestro alrededor, incluso a veces miramos hacia atrás también, pensando en los tiempos en que estuvimos sumergidos en las preocupaciones cortoplacistas.

Bueno, mi consejo es nadar sin mirar atrás, cuando estés sobre la cresta de la ola no pierdas el tiempo mirando el horizonte porque la siguiente ola viene justo detrás tuyo, si te quedas ahí perderás de nuevo el tiempo tratando de salir a flote porque la siguiente ola te sumergió tal cual la anterior, así la vida se transforma en un constante reaccionar, qué aprendes reaccionando a lo que tienes delante?, las reacciones ayudan a salir a flote pero no te hacen avanzar, en cambio si nadas sobre la cresta de la ola te desplazas con ella, te ayuda porque tu propio esfuerzo te hace avanzar y estar en la superficie, en donde las decisiones, y no las reacciones, son importantes; con la perspectiva de la superficie, sin la aungustia de salir a flote nuestra ruta de nado toma los rumbos adecuados.

Vivir, es como nadar en el mar.