Hace un tiempo en Aporía del Pensar como bueno no quedaba del todo claro cómo alguien bueno debería pensar. La distinción entre buenos y malos es de un modo conceptual es para diferenciar, lo mismo sería hablar de blanco y negro o tierra y aire, es sólo para distinguir polaridades; también aclarar que las tres posibles soluciones no son las únicas, existen todas las que se puedan ocurrir.
El error en que caen las tres soluciones es que se plantean desde el propio ser bueno, es así que se transforman en opiniones o deseos personales. La solución a este problema es desear lo mejor, pero no desde el propio punto de vista, desde el punto de vista de algo superior que los involucra a ambos (buenos y malos) no importando las consecuencias o contradicciones personales en que pueda caer este deseo.
Al reconocer a alguien bueno o malo, se está reconociendo que también existe el contrario malo o bueno, por lo tanto se reconoce que hay algo superior a ellos mismos que incluye a ambos. La experiencia de lo superior es mayor que la experiencia particular de cada elemento. Además los deseos y pensamientos dependen de la experiencia por lo tanto para no caer en apreciaciones personales y no entran en conflicto con los demás integrantes del Todo es que la forma de pensar debe ser en función del Todo y con la experiencia del Todo.
Por lo tanto un bueno debe desearles lo mejor a los malos en función de la experiencia del Todo.
jueves, octubre 12, 2006
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