Lo peor de las opiniones es que cada uno cree que tiene la correcta, es dificilísimo encontrarse con personas dispuestas a debatir, y más difícil aún encontrar personas capaces de escuchar las otras opiniones.
Es irónico pero las opiniones nos tienen a nosotros y somos capaces de defenderlas por sobre todo pero muchas de ellas no son capaces de hacer lo más mínimo por nosotros.
Las opiniones se contagian, como virus, día a día entre los humanos (aún) y no se dan cuenta de que repiten lo que han escuchado, aunque sí se puede decir algo a favor de los loros y es que están de acuerdo; lo raro es que la mayoría de las veces las emiten como opiniones propias sin mayor análisis, lo que es procupante pensando en opiniones falaces o riesgosas para la humanidad.
Lo frustrante es que todas las opiniones son distintas e incomparables porque son emitidas desde distintos puntos de vista, debo aclarar que una opinión válida debe ser emitida desde un punto de vista o sino la opinión carece de valor (por lo menos para mí), entonces cuando hay acuerdos en los puntos de vista se llega a la misma opinión y vice versa.
Lo que sí se puede es demostrar falacias e incongruencias desde los mismos puntos de vista lo cual hace cambiar las opiniones, pero esto lleva a que sólo se puede tener una única opinión frente a cada cosa desde un determinado punto de vista.
Cuando las ideas que defendemos son capaces de defender /proteger/ayudar (no necesariamente a mí) de la misma forma en que lo hacemos por ellas, entonces son buenas.
domingo, abril 23, 2006
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