Bomberos

Para mí, Bomberos de Chile son una institución ejemplar en el mundo, creo que es un buen ejemplo el que nos dan.

Ellos trabajan por amor a lo que hacen y más que eso porque saben que están ayudando a personas y además lo realizan desinteresadamente. Es genial darse cuenta de lo que significan más allá del servicio que están prestando, que no es poco ni despreciable, pero me refiero a la actitud que toman para vivir y servir ya sea por un ideal, por ayudar, por amor al prójimo, por ser ejemplo, por cualquier fin que alguien se hace parte de bomberos, acepta ser parte de una institución más grande que ellos mismos la que se construye con el corazón de cada voluntario y está bien.

Esta institución la hace cada voluntario pero en el fondo es más que todos los voluntarios juntos porque representa un ideal de servicio, de entrega propia por los demás, de ayuda a los que no conoces y quizás no conocerás, de humildad en el sacrificio que realizan si es que se puede dar este nombre a la respetable opción que toman al hacerse voluntarios.

¿Podrán ser algún día todas las empresas e instituciones como ésta?, apuesto a que se puede pero faltan bases para crear algo así, por lo menos tenemos un ejemplo, un caso base, digno de observar que puede ser modelo.

Apropósito quisiera contar una historia.
Hace un tiempo le pedí a un señor que vi en la calle, al cual yo no conocía, si me podía llevar a mi casa. Este gentil señor me saludó y dijo que no tenía problema, que además era su vida realizar esto por los demás, es decir, él siempre llevaba a las personas que le pedían que las llevara a su casa o a cualquier parte porque era lo que más le gustaba hacer en la vida, y efectivamente comprobé que era cierto lo que me decía pues se acompañaba de otro caballero que había solicitado lo mismo que yo hacía entonces. Yo me dije, qué gracia tiene este señor, puede hacer lo que más le gusta en la vida, y además servir a las demás personas que él no conoce, él sí que está viviendo su vida. Luego de amena charla, y bastante agradecido por favor concedido insinué que mi compañía para con los señores había llegado a buen fin, sin embargo, no fue tan fácil terminar tal amistad, por lo que accedí a que intercambiáramos recuerdos con el gentil señor y por fin, ambos seguimos nuestros caminos.

En realidad lo que pasó es que el gentil señor era un chofer de colectivo, el caballero era otro pasajero y los recuerdos que intercambiamos fueron el valor del pasaje y el boleto. En fin, por un momento imaginé que la sociedad podía ser diferente si todos diéramos la mejor de nuestras partes para los demás y recibiéramos lo que necesitamos de manos gentiles y amables que nos enseñen a crecer y aprender a enseñar lo que podamos a los demás.