sábado, noviembre 19, 2005

Familia

Con una rodilla en tierra y temblando para poder levantarme, un susurro basta para en pie firme dejarme.

Mi vida por sus sonrisas y mi muerte por sus vidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu siempre sabes decir lo justo, con palabras que llegan al corazón... gracias por permitirnos leer estas hermosas palabras