domingo, junio 18, 2006

A Saber

El I Ching no sólo es un oráculo sino también un libro de sabiduría.

La conducta social adecuada es la Serenidad. Las buenas maneras son agradables, por eso tienen éxito aun con personas irritables.

El Cielo y la Tierra muestran diferencia de niveles inherentes a la esencia de ambos; no hay lugar a envidia. Así obligadamente existen desniveles entre los humanos. Es importante lograr la igualdad universal. Mas, es importante que las diferencias de jerarquía social no sean arbitrarias ni injustas; si así sucede, la envidia y la lucha de clases serán consecuencias inevitables. En tanto que si las diferencias exteriores corresponden a diferencias de valor interior, se calman los ánimos y se establece el orden en la sociedad. Lo mismo ocurre cuando la dignidad interior es el criterio para la jerarquía exterior.

El sabio solitario se mantiene apartado de la lucha de las pasiones, no busca nada. Como no exige nada, no se deja atraer por metas seductoras. Es fiel a sí mismo, caminando tranquilamente por el camino llano de la vida. Como es modesto y no desafía al destino, estará libre de complicaciones.

Nadie se conoce a sí mismo. Por los resultados de nuestras acciones -los frutos de nuestras obras- podremos anticipar lo que nos espera.

Proceder con suavidad.

Para llevar a cabo un propósito se requiere de una firme energía mental y de suave adaptación hacia el exterior.

El poder de la verdad desinteresada es mayor que todos estos obstáculos.

Un éxito conseguido palmo a palmo, exige cautela.

Un maestro debe esperar tranquilamente ser buscado por el jóven. No debe ofrecerse a sí mismo. Sólo así la enseñanza se realizará a tiempo, de manera adecuada.

Un verdadero éxito es seguro cuando se tiene perseverancia, sin desfallecer, hasta no haber dominado punto por punto.

El hombre se mantiene libre de errores al poseer cosas como si no las poseyera.

Mantener la modestia.

El sabio está lejos de la lucha de las pasiones.

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